domingo, 5 de abril de 2015

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN! 2015



Me quedé asombrada por la gloria de Dios humanado,
redoblé mis plegarias para que todos se pusiesen en condiciones de recibir el amor de Dios
y compartiesen mi felicidad.
(Ángeles Sorazu)

¡CRISTO HA RESUCITADO!
FELIZ PASCUA 2015

Concepcionistas Franciscanas

Monasterio de "La Concepción" Valladolid

lunes, 8 de septiembre de 2014

III JORNADA DE CONFERENCIAS "CONOCER A MARÍA DE LOS ÁNGELES SORAZU". ¿TE ANIMAS A VENIR?.....





III Jornada de Conferencias
"Conocer a Madre Ángeles Sorazu"

La Comunidad de Concepcionistas Franciscanas de "La Concepción" de Valladolid tiene el gusto de invitarle a asistir a las Conferencias que tendrán lugar
el día 20 de septiembre de 2014
en el Centro Diocesano de Espiritualidad
-C/. Santuario, 26-,
en Valladolid, a las 17,30.

Presentación: P. Victorino Terradillos, Ofm.
"La Sagrada Escritura en los escritos y espiritualidad de Mª de los Ángeles Sorazu",
por D. Juan Luis Caballero García,
profesor de Nuevo Testamento de la Universidad de Navarra (Pamplona)

"La Virgen María en la Teología espiritual femenina de la Baja Edad Media"
por Dª María del Mar Graña Cid, profesora de Historia de la Iglesia Medieval en la Universidad de Comillas (Madrid)

miércoles, 30 de julio de 2014

lunes, 28 de abril de 2014

REZAR EL ROSARIO CON ÁNGELES SORAZU

Ofrecemos un breve pensamiento de los escritos de M. Ángeles para cada unos de los misterios del Rosario, que podéis rezar más intensamente durante el mes de mayo. 



Misterios Gozosos
1. La encarnación del Hijo de Dios. Te damos gracias, Verbo Encarnado, por haber asociado a nuestra Madre Inmaculada a tu vida humana y divina.
2. La visitación de María a Isabel.  Bendita seas, María, por el ardiente anhelo con que procuras nuestro bien temporal y la felicidad eterna.
3. El nacimiento del Hijo de Dios. Buscaba a la Señora, pues ella viene al mundo para repartir entre los mortales los tesoros divinos que Dios ha depositado en sus manos.
4. La presentación de Jesús. "He aquí que vengo  para hacer tu voluntad". El Padre acepta el ofrecimiento del Hijo. Ha inaugurado el misterio de su Pasión, padeciendo y gozando simultáneamente.
5. Jesús perdido y hallado en el templo. Bendita seas, María, por la protección que dispensas a quienes has acogido como hijos tuyos.

Misterios Luminosos
1. El bautismo de Jesús. Veía a Jesús en la plenitud de su edad, honrado por el eterno Padre , que le proclama su Hijo, y como tal lo presenta diciendo: "Este es mi Hijo, en quien me complazco". Y me parecía que añadía: "No lo equivoquéis por otro"
2. Autorrevelación de Jesús en Caná. Un camino recto, seguro, espacioso y real,  que conduce al cielo, es la vida de Jesucristo, nuestro Redentor y modelo.
3. Predicación del Reino. Me parecía ver a Jesús conversar con los hombres con afabilidad y ternura, llaneza y bondad. Jamás hubiera pensado que todo un Dios se portase de esta manera con los hombres.
4. La Transfiguración de Jesús. Participaba en los sentimientos que animaban el Corazón de Jesús, especialmente su anhelo de padecer y morir.
5. La institución de la Eucaristía. Mi alma permanecía junto a Jesús en el fondo del Sagrario, empleada en contemplar su Belleza y amar su bondad.

Misterios Dolorosos
1. La oración de Jesús en Getsemaní. ¡Cuánto amas las almas que creaste y rescataste con tu sangre, Dios mío, y con qué ternura y delicadeza las tratas!
2. La flagelación de Jesús. Hacía sacrificios en obsequio de mi Dios Humanado Paciente, cuyas penas sentía como propias, y no podía admitir ningún consuelo mientras lo veía padecer.
3. La coronación de espinas. Humildad, abnegación y desprecio propios, adquirir la pureza de amor y de intención y no ser capaz de buscarse a sí misma, su propia gloria y felicidad.
4. Jesús carga con la cruz camino del Calvario. Padre Santo, dígnate revelarme los sufrimientos de Jesucristo, úneme a Él.
5. Crucifixión y muerte de Jesús. Sea que goce o que padezca, mi más vivo anhelo es identificarme con Jesús Crucificado.


Misterios Gloriosos
1. La resurrección de Jesús. Los cuarenta días primeros después de la Resurrección del Señor los pasaba llena de gozo, ocupada en contemplar y acompañara mi Dios hecho hombre.
2.La ascensión de Jesús al cielo. Te bendecimos, Salvador nuestro, por la felicidad que concediste a María en el tiempo transcurrido entre tu Resurrección y tu Ascensión.
3. La venida del Espíritu Santo. Te damos gracias, Espíritu Santo, por haber embellecido a María Inmaculada con la plenitud de la gracia de Cristo.
4. La Asunción de María. Te glorificamos, Señor, por el amor que derramaste en María Santísima desde tu Ascensión hasta su Asunción a los Cielos.
5. La coronación de María por Reina de la creación. Bendita y seas, María, por la generosidad con que invertiste en provecho nuestro los dones y gracias que recibiste de Dios.


Invocaciones a María
(Tomadas de los escritos de M. Ángeles)

Santa María
Hija muy amada del Padre
Digna Madre del eterno Hijo
Esposa graciosa del Espíritu Santo
Esposa y Madre de Dios
Madre bendita
Madre Inmaculada
Tierna y dulce Madre
Virgen Madre
Templo de Dios
Casa y Tabernáculo de Dios
Alcázar y morada perpetua
Mística ciudad de Dios
Santuario de Dios humanado
Ara santa de Dios
Reina y Señora de la creación
Hija de Sión, toda bella
Bella, graciosa, casta paloma
Bella como Jerusalén
Hermosa como la luna
Escogida como el sol
Puerta del cielo
Madre y Reina de nuestro corazón
Madre de misericordia
Humildísima Señora
Esclava del Señor
Humilde doncella desposada con José
Mi dulce soberana
Pastora divina
Pastora clemente y misericordiosa
Pastora amantísima
Pastora buena y amable
Pastora tierna y compasiva
Pastora atenta y solícita
Guardiana vigilante
Celestial protectora.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

TESTIMONIOS...

En esta entrada anotaremos los testimonios que vamos recibiendo acerca de Madre María de los Ángeles. Podéis colaborar con vuestras aportaciones que deberéis enviar por e-mail. ¡GRACIAS!

He leído la autobiografía de la Madre Angeles Sorazu, después de una serie de años en que había conocido su persona y algo de su preciosa doctrina mariana.  Pero no había profundizado en la lectura de este escrito suyo tan importante, donde ella cuenta la historia de su vida y por supuesto de su  vocación.
Destaca madre Angeles por su profundo Marianismo, y creo que no es casualidad, sino Providencia, que ella a pesar de tener intención de entrar en un convento, que siendo Franciscano, no es de la Orden de la Inmaculada Concepción, al final el ingreso, de una manera providencial se produce en uno de la Orden de la Inmaculada Concepción.  Orden fundada por Santa Beatriz de Silva y que tiene como misión especialmente la alabanza a Dios, a través de este Misterio Mariano tan excelente, que fue elevado por dogma por el Papa Beato Pío IX en 1854, atrayendo sobre la Iglesia y la humanidad, gracias tan especiales.

Me he dado cuenta por la Autobiografía de Madre Angeles,  de su profunda vida Mariana.  Ella va a vivir su cristianismo y su consagración religiosa, desde una dimensión netamente Mariana.  Ha percibido perfectamente y será apóstol de esta vivencia cristo-mariana, no sólo para sus hijas y hermanas Concepcionistas, sino para toda la Iglesia Universal.

A Madre  Sorazu la podemos considerar como uno de los precursores de la especial devoción a la Stma. Virgen, que según San Luis María Grignión de Monfort, prepararán la Segunda Venida de Cristo, por mediación de la vivencia Mariana.

María es todo para sor Angeles Sorazu, y así lo va a inculcar a sus hijas, que muy pronto viendo sus excelentes virtudes, la van a elegir abadesa de la comunidad, que está pasando por difíciles momentos y ella será el personaje esencial que Dios enviará, para salvar y enfervorizar a la comunidad, precisamente a través de esa tan especial vivencia del Misterio de María, en la vida religiosa contemplativa.

El mensaje de la Madre Angeles, es un mensaje Universal, decía más abajo de este escrito.  Creo que tenemos que hacer todo lo posible para difundirlo, que Madre Angeles sea el ejemplo a seguir e imitar, para atraer esa vivencia del misterio de la Redención, a través de la Virgen, como Dios ha querido reservar siempre, pero especialmente en los momentos que vamos a vivir y que estamos viviendo.

Desde San Luis María, y hasta nuestros días con Juan Pablo II, futuro santo.  Ha habido una serie de personajes y manifestaciones de María como la Medalla Milagrosa, Lourdes o Fátima, que nos hablan de esta importancia de María en el camino de la vida, en la historia de la Iglesia, y en los destinos de la humanidad.

De diversas formas Dios ha suscitado muchas almas que han vivido esta dimensión.

Quiero terminar citando al gran San Maximiliano María Kolbe, contemporaneo practicamente de Madre Angeles, y a quien se ha llamado el Apóstol de la Inmaculada, desde su gran movimiento apostólico: su ciudad de la Inmaculada, sus diarios el Caballero de la Inmaculada, etc.  Madre Sorazu ha sido la parte interior María, mientras que el P. Kolbe ha sido Marta.

Pero ellos y otros podemos decir y afirmar, son los heraldos de estos hombres y mujeres, que desde sus lugares, nos traen un ejemplo a seguir de este despertar mariano que traerá el Triunfo de Cristo y de la Iglesia, anunciado en Fátima.  Os invito a que profundicéis en los escritos autogiográficos de esta gran MONJA CONCEPCIONISTA, MARIANA CIEN POR CIEN.
A.G.T.

jueves, 10 de octubre de 2013

Jesucristo en los escritos de Madre Ángeles Sorazu


Fray José Mª Lucas Moral nos presentó con excelente agilidad el contenido central de la experiencia cristológica de M. Ángeles, dejando abierta la brecha para posteriores desarrollos de numerosos temas que la brevedad del tiempo no nos permitió exponer. ¡GRACIAS por tan precioso como detallado trabajo! ¡Y gracias por su disponibilidad para seguir mostrando ante nuestros ojos, las maravillas de Dios!  

Saboreemos algunas de sus palabras: 




“Vi lo mucho que desagradan a Jesús dichas almas tacañas y egoístas, y la gloria y complacencias que le procuran las que le buscan sin interés por la práctica de las virtudes que resplandecen en los misterios de su vida mortal y contiene el santo Evangelio, cuyas almas le son muy queridas como copias vivientes que son de su divina Persona Humanada”.

Percibe su vida y su vocación como glorificación del Verbo Encarnado:




Ángeles Sorazu conoce a Jesús por media la oración. Primero por la oración litúrgica. Así lo confiesa cuando afirma lo mucho que la favoreció Dios en el rezo del oficio divino y la celebración de las fiestas de la Iglesia gracias al “inapreciable don de penetrar los misterios que encierra la sagrada liturgia y grande afición a esta”.

Y junto a la oración litúrgica la oración personal. Nos dirá que Dios le ha concedido dos beneficios: El primero es la imposibilidad de pertenecer a Dios a medias, necesariamente tiene que ser toda de Dios o nada de Dios. El segundo es el trato familiar con Dios, no puede tratarlo de lejos, como extraño, sino que necesita comunicar con Él directamente.



¿Cómo es el Jesús al que ella reza?

Jesús es su maestro. El protagonista de toda la vida de Ángeles Sorazu es Jesucristo. A ella sólo le cabe responder al amor que recibe de él. El Jesús con el que se relaciona, va teniendo distintos rostros o acentos en el proceso de su vida. Será el Dios humanado que sufre por amor al hombre, será un padre o una madre que ama al hombre con infinita ternura, será un amante divino que utiliza todos sus recursos para conquistarla, el redentor y mediador, el cordero de Dios y el buen pastor, será el esposo, la segunda persona de la Trinidad, el divino prisionero de la eucaristía.

En su existencia, Jesús no es un conocimiento adquirido de una vez para siempre, es más bien presencia viva, que se va manifestando siempre de forma nueva. Vamos a ver cómo se manifestó Cristo en los distintos momentos de su existencia.

      Cuando se refiera a la llamada de Dios a su alma, a lo que llamó su conversión, sor Ángeles no dudó en atribuirla al Sagrado Corazón de Jesús. Seguidamente nos dice que el primer medio de santificación que la voluntad divina le impuso fue la devoción al Sagrado Corazón y su propaganda, y un poco más adelante que comenzó a conquistar almas para el Sagrado Corazón. En otro sitio afirma que “profesaba singular devoción al Sagrado Corazón de Jesús y practicaba varias devociones en su obsequio, y casi todos las horas del día me dirigía a Él para rendirle mis homenajes o hacer algún coloquio, entrega, etc.”. Los dos elementos de esta devoción, el amor y la reparación, van a estar permanentemente presentes en toda su espiritualidad. Amor de Jesús, Verbo de Dios encarnado, en contraste con el desamor, la ingratitud y frialdad con el que es recibido por  los hombres, y reparación por los pecados y desprecios que recibe, ofreciendo al Señor en compensación, actos de desagravio y reproduciendo en su cuerpo los tormentos y sufrimientos que ve en Jesucristo.
 

Dentro de diez años se cumplirá el primer centenario de la muerte de sor Ángeles. Aunque su vida y doctrina son en gran parte desconocidas, ha sido una de las grandes figuras de la espiritualidad y la mística española. Una mujer que goza de grandes experiencias místicas, que plasma en grandes tratados de espiritualidad con gran profundidad y belleza pese a su escasa formación académica. Una mujer inquieta, que busca, que no se para, que siempre aspira a más hondura, a mayor conocimiento de Dios por la mediación del Jesús que la enamora. Una mujer que con frecuencia sufre, presa de sus ansiedades, quizá escrúpulos, pero que mantiene firme su fidelidad a Jesucristo sin que nada pueda apartarla del amor de su vida. Una mujer que vive a finales del siglo XIX y XX y que vive la espiritualidad propia de aquella época. Quizá por eso no haya que buscar en sus escritos novedades doctrinales. La gran novedad es ella, lo que vive y cómo lo vive. Contempla la hermosura de Dios en el crucificado, al El se abraza y por Él se deja abrazar hasta la total identificación. Toda ella para Jesús, el amor de su alma. A su imitación dedicará todas sus facultades y sentidos, internos y externos, para oír la palabra definitiva de Dios, manifestada en Jesús, ver todos los misterios de la vida de Jesús desde la encarnación hasta la glorificación, gustar de la dulzura de Jesús en la eucaristía y en la comunión, tocar y acariciar al divino Esposo, dejarse acariciar por Él y aspirar el olor a bálsamo y  mirra que desprende el cuerpo del Amado.